domingo, 21 de septiembre de 2014

EN EL METRO


           Una Charla Intrascendente

Tan enfrascada estaba en la resolución de mi sudoku que no reparé en el cambio de ocupante del asiento contiguo. Pero sólo pasó un instante cuando una voz cálida me preguntó :
- "¿Qué, cómo lo lleva?"
Volví la cabeza para encontrarme con unos risueños y claros ojos mirándome. Un hombre de agradable aspecto y buena planta, que ya había sobrepasado los 80, con un periódico en las manos abierto por la página de los "pasatiempos".
- "Va saliendo, va saliendo", respondí.
- "Algunos son muy difíciles, sobre todo éstos", decía señalándome precisamente un sudoku a medio resolver. "Hay veces que pongo cuatro números y luego me atasco y ya no soy capaz de seguir y los dejo".
- "Hay que tener paciencia, abandonarlos  un poco y retomarlos pasadas unas horas, o días, porque a la mente se le presentan como nuevos y se vuelven un poco más fáciles de resolver".
- "Pues lo tengo que probar. ¿Sabe cuál es el peor vino del mundo?"
- "No, ni idea"
- "Pues el de la bodega Vino la Suegra y se quedó"
- "¡Pobre suegra, qué fama tiene!"
- "¿Y conoce la definición perfecta de un partido de fútbol entre esos clubs como el Barsa y el Real Madrid?"
- "Pues tampoco, pero seguro que me lo va a decir".
- "Pues son 22 millonarios corriendo detrás de un balón, que son aplaudidos o abucheados por miles de aficionados, a los que no les importa pagar para que esos 22 se hagan más millonarios, con tal de que a ellos les entretengan".

Algunas frases ingeniosas más tarde, yo llegaba a mi destino, con una sonrisa en los labios.

-"Yo ya me quedo aquí. Que tenga un buen día y gracias por la charla"
- "Igualmente, ha sido un placer, joven".

Y una, que nació por la mitad de la década de los 50, subió las escaleras del metro con más brío y agilidad "juvenil"que otros días. Algo que se pierden los políticos, con esa manía de subirse al coche oficial,  una pequeña parte de lo que se llama el "pálpito de la sociedad".  



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