sábado, 24 de mayo de 2008

ROSE ROSSE

Yo no estaba en mayo del 68. Quiero decir que no estaba en Paris, en ese "mayo del sesenta y ocho" donde parece que estuvo todo el mundo, sobre todo, de la llamada "progresía" actual.

No tengo yo un recuerdo especial de aquel año de mi preadolescencia, como mucho el "La, la,la" de Massiel y poco más. Debía estar estudiando segundo o tercero del bachillerato al uso en aquel momento, en un internado de Guadalajara y en mayo estaría dando un "arreón" a los libros para evitar algún suspenso. Dicho sea de paso, creo que aquel plan de estudios era muchísimo más coherente, enseñaba mejor y educaba más que cualquiera de los innumerables planes posteriores.

Sin embargo, sí conservo un recuerdo especial del año siguiente. Se llamaba Massimo Ranieri y era un jovencísimo y atractivo cantante italiano. En aquellos años, las nenas decíamos que "estaba como un tren". Ahora se dicen otras cosas menos motorizadas.
Recuerdo que compré su disco sencillo, con un par de canciones, después de estar ahorrando bastante tiempo. Lo tuve durante años, hasta que unas manos algo torpes dejaron un tremendo arañazo sobre aquel vinilo, haciendo imposible su reproducción.

Con el paso de los años, nuevas aficiones, otras responsabilidades, perdí la pista de aquel chico con cara de bueno que cantaba, suavemente, esas cosas que a una chiquilla de aquella época le gustaba oir.
He vuelto a encontrarlo y, por unos instantes, me he trasladado a la época y los sueños de aquellos años.

¡Romántica desde la cuna!


Bendita tu Luz

Bendita la luz de tu mirada desde el alma....
Bendito Dios por encontrarnos en el camino.....
Bendito el reloj y bendito el lugar......
Benditos tus besos cerquita del mar.......




viernes, 23 de mayo de 2008

NORAH JONES

Me produce sensaciones contradictorias.
Pero, en el fondo, me gusta.

martes, 20 de mayo de 2008

¿Voverá a brillar el sol?

¿Cómo podrían entender?
Además, ¿acaso les importa?
"Tienes que hacer más, no es suficiente, esfuérzate un poco más"
¿De que manera podrías hacer comprender, a quien ésto te dice, el esfuerzo casi sobrehumano, el durísimo ejercicio de autocontrol y disciplina que supone el simple hecho de salir a la calle, cuando algo en tu interior te grita que no te muevas, que no salgas a exponerte al mundo, que no luches, que te dejes ir?
Esa batalla que hay que librar periódicamente, cuando los fantasmas aparecen sin avisar, en la mayor de las soledades, es agotadora.
Lucha en soledad, si. Quien depende de tí se asusta, tienes que mostrar "normalidad".
Aquellos a los que les importas no siempre son capaces de compartir ni de comprender. Y esos otros que comparten contigo unas horas, sin mayores lazos, te pondrán una etiqueta al menor descuido.
Así que tienes que sacar todas las fuerzas, ponerte una careta para cada ocasión y seguir adelante.
¡Pero es tanto el cansancio acumulado por tanto combate inútil!
Desesperas, temes, anhelas y no sabes muy bién por qué desesperas, a qué temes ni qué anhelas, porque todo a tu alrededor es una gran nube gris y oscura.
Y solo esperas que sople un viento renovador que te deje ver, otra vez, el sol que presta su luz a tu vida.