lunes, 8 de septiembre de 2014

CALMA DESPUÉS DE LA TORMENTA

Siempre que llueve, escampa.
Todo lo que sube, baja.
Después de una contracción es imprescindible la relajación.
Me encantaría poder asegurar que después de la batalla siempre hay un armisticio, aunque los hechos demuestran que no siempre es así.
Pero sí es cierto que cuando cesa la tormenta siempre llega la calma.
Del amor al odio no hay más que un paso, o la línea que separa al amor del desamor es sumamente delgada
La gloria y la fama son efímeras, como la felicidad que es muy esquiva...

Tengo el absoluto convencimiento de que si Conchita  Wurst se hubiera presentado al festival de Eurovisión con su apariencia de Thomas Neewirth, Austria no habría ganado el festival de este año. Su canción era normalita, tirando a ramplona. Al menos media docena de temas eran mejores, incluido el presentado por España, por supuesto.  Pero las votaciones por internet agrupando a todo un colectivo de apoyo, marcó la diferencia y la llevó a alzarse con el premio.

Infinitamente mejor era este Calm after the storm, presentado por Holanda, con una exquisita interpretación a cargo de The Common Linnets.




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