viernes, 14 de noviembre de 2014

ME HA ENCANTADO CONOCERTE...


NADINE


Calculo que tendrá unos 20 años menos que yo. Quizá más joven aún.

Sólo habíamos hablado tres o cuatro veces por teléfono y hoy nos veíamos por primera vez. Pero a los cinco minutos se comportaba como si nos conociéramos de toda la vida. Se colgó de mi brazo -"No te importa, ¿verdad?, porque después de haber hablado tanto contigo..." -  Tuve que decirle que no me importaba, pero que no le convenía acercarse demasiado a un "trancazo" andante.

Rápidamente se soltó con una sonrisa. "Soy asmática y no me puedo enfermar; no podemos faltar ni aún con gripe. Así son en la compañía de danza".  Porque resulta que es bailarina (danza clásica, moderna, experimental), algo que resulta evidente por su delgadez y su forma de caminar,  y profesora de Pilates. "Estoy molida. No sabes lo que es bailar tantas horas en puntas. Llevo casi sin descansar desde las 8 de la mañana y no me tengo en pie. Y encima, me he perdido".

En poco más de una hora me ha dicho cosas de su vida que no se suelen contar fácilmente a alguien con quien sólo vas a iniciar un posible acuerdo comercial. Yo también, pero menos. Sus estudios, su preparación, la dificultad de compaginar su carrera con una vida familiar normal, sus años en N. York, la detección de su enfermedad tras una caída bailando "el lago de los cisnes" en Londres, su fuerza para no quedarse en una silla de ruedas y recuperar lo que ha sido y es su pasión: bailar.  Todo ello aliñado con una encantadora sonrisa y una mirada franca, profunda y directa pero sin agredir a los ojos que tenía enfrente.

 Me ha dado una sucinta clase magistral de anatomía muscular mientras caminábamos por los Austrias, bajo una casi imperceptible lluvia y una temperatura sorprendentemente suave.  "Tienes una lordosis muy marcada, seguro que te duele la espalda".  Pues claro, con esas cosas, a cualquiera le duele todo. "Eso te lo arreglo yo, te hago precio especialísimo de amiga. Y la primera clase te la regalo".

Tiene unos horarios complicados y un trabajo que agota físicamente.  Y yo no voy a tener lo que necesita para llevar adelante su proyecto. No lo tengo ahora mismo, pero no tiene prisa y me deja mucho margen. Es luchadora sin impaciencias y tiene ese difícil don de hacer sentirse cómodo a quien tiene cerca.

Nos hemos despedido en mitad de la calle Preciados, poco después de las ocho ("no me beses, que estoy muy constipada"), sabiendo ambas que hoy puede haber empezado una bonita amistad. "Hablamos mañana".





No hay comentarios: