sábado, 25 de junio de 2016

Reflexiones, Brexit, Elecciones


   En esta jornada de reflexión no puedo por menos que pensar en lo que la irreflexión de un memo puede desatar. Me estoy refiriendo, por supuesto, a David Cameron, cuya irresponsabilidad ha conmocionado a medio mundo, el mundo de las economías occidentales. 

   Este otro inteligente y preparadísimo "bobo solemne", buenista a lo que parece,  de nacionalidad británica, no midió las consecuencias que podría tener una promesa, hecha con el único y exclusivo objetivo de salvar su pellejo frente a sus adversarios políticos, costara lo que costara. 

   Y ahora tiene la poca vergüenza de anunciar que va a dimitir...¡en octubre! Pero ¿por qué no se ha ido ya? ¿No ha hecho suficiente daño todavía? ¡Ah, es que renunciar a su sueldo y a sus prebendas requiere de un periodo de adaptación y reflexión! O tal vez esté esperando a que se le aparezca la Virgen, para arreglar este embolado en estos cuatro meses.

   Este terremoto económico, si nadie lo remedia, va a tener muy duras consecuencias para todos, pero especialmente para los británicos. Ya se está empezando a ver y seguiremos comprobando cómo, aquellos que todavía se creían el Imperio, se dan de bruces con la realidad.




   ¿Seremos capaces aquí de aprender de los errores de otros, o tendremos que sufrir en nuestras propias carnes las consecuencias de dejarse llevar por las promesas vacías de los que prometen el oro y el moro, a sabiendas de que están mintiendo con todo el descaro a la población?

   Me da mucha pena ver a una gran parte de nuestros jóvenes, esos a los que hemos intentado convertir en la generación mejor preparada de la historia, cómo se han entregado a la agitación y propaganda populista que les vendieron por las redes sociales. 

   ¡Qué mal lo hemos hecho! Les hemos dado muchos estudios, pero no les hemos enseñado a escuchar, analizar lo escuchado y diferenciar la realidad de lo que es mera propaganda, interés personal y objetivos poco claros. Se nos quedan en los slogans, que es lo más fácil de comprar.  Y desgraciadamente, parece que estamos en sus manos. 

   En fin, tengo claro a quien no voy a votar y a quien quiero botar de la vida política española. Lo que ya me cuesta más es decidir qué hacer para conseguir ésto último.  Tengo que terminar de aprovechar esta jornada y poner a mis neuronas a trabajar.

   Y a los "british"... Bye, Bye.












No hay comentarios: